Cuando pases una noche en un hotel tendrías que tener en mente algunas cosas que resulta recomendable no hacer durante tu tiempo allí.
Viajar por el mundo entero puede ser más complicado de lo que nos pudiéramos imaginar. Tenemos que tener algunas nociones sobre lo que deberíamos y no deberíamos hacer para que la exploración de nuevos países y lugares se convierta en algo positivo en todos los aspectos. En este caso vamos a profundizar en lo que respecta a los hoteles, lugares donde podemos ser capaces de sentirnos como auténticos reyes, pero siempre si actuamos de manera correcta y si nos preparamos, mediante mente abierta, para residir durante unos días en un hogar que no es el nuestro.
1. No asaltes el minibar
Las primeras veces en que visitamos un hotel nos ilusionamos con el minibar. Es algo psicológico, porque si lo pensamos bien, un minibar tampoco tiene nada de especial. Se trata de una pequeña nevera donde hay metidas botellitas de bebida, algunas latas de refresco, bolsas de cacahuetes o chocolatinas. Nada que no pudiéramos conseguir si fuéramos al supermercado de al lado de casa con unos pocos euros en el bolsillo. Pero cuando abrimos el minibar y vemos todo lo que hay dentro nos emocionamos. No lo podemos evitar. Lo mejor en este sentido es que cerca del minibar tenemos una lista de precios que rápidamente nos quita las ganas de consumir lo que hay dentro del mismo. ¿Nuestra recomendación? Que miren los precios y veáis lo que cuesta todo. Mucho cuidado con los precios del minibar para que vuestra factura de la habitación no aumente de forma extrema.
2. No te pases con las señoras de la limpieza
Ir a un hotel es como estar en un resort de lujo, porque hay alguien que limpia y ordena por nosotros. Pero tenemos que intentar no comportarnos como unos niños y no darles más trabajo a las señoras de la limpieza del que tienen. Tampoco decimos que os pongáis a limpiar la habitación, por supuesto, pero sí que tengáis unos mínimos de higiene que son de agradecer por parte de todos. Tampoco dejes cosas por el medio con las que se puedan tropezar las señoras de la limpieza y en el baño sé un poco higiénico, especialmente si viajas en compañía. Tampoco escondas las toallas.
3. No apures el tiempo hasta el último momento
Tanto como al llegar es preferible que no llegues antes de hora, al salir resulta recomendable que no apures hasta el último minuto del tiempo que tengas de estancia. No es muy educado hacerlo. Cuando te marches, las señoras de la limpieza tendrán que arreglar la habitación y ventilarla para que otra persona la pueda ocupar después. Además, por 20 o 30 minutos que estés en la habitación más seguro que no ganas nada. Saliendo a tu hora o un poco antes seguro que te tratan de una manera más amable al abandonar el hotel.
Viajar por el mundo entero puede ser más complicado de lo que nos pudiéramos imaginar. Tenemos que tener algunas nociones sobre lo que deberíamos y no deberíamos hacer para que la exploración de nuevos países y lugares se convierta en algo positivo en todos los aspectos. En este caso vamos a profundizar en lo que respecta a los hoteles, lugares donde podemos ser capaces de sentirnos como auténticos reyes, pero siempre si actuamos de manera correcta y si nos preparamos, mediante mente abierta, para residir durante unos días en un hogar que no es el nuestro.
1. No asaltes el minibar
Las primeras veces en que visitamos un hotel nos ilusionamos con el minibar. Es algo psicológico, porque si lo pensamos bien, un minibar tampoco tiene nada de especial. Se trata de una pequeña nevera donde hay metidas botellitas de bebida, algunas latas de refresco, bolsas de cacahuetes o chocolatinas. Nada que no pudiéramos conseguir si fuéramos al supermercado de al lado de casa con unos pocos euros en el bolsillo. Pero cuando abrimos el minibar y vemos todo lo que hay dentro nos emocionamos. No lo podemos evitar. Lo mejor en este sentido es que cerca del minibar tenemos una lista de precios que rápidamente nos quita las ganas de consumir lo que hay dentro del mismo. ¿Nuestra recomendación? Que miren los precios y veáis lo que cuesta todo. Mucho cuidado con los precios del minibar para que vuestra factura de la habitación no aumente de forma extrema.
2. No te pases con las señoras de la limpieza
Ir a un hotel es como estar en un resort de lujo, porque hay alguien que limpia y ordena por nosotros. Pero tenemos que intentar no comportarnos como unos niños y no darles más trabajo a las señoras de la limpieza del que tienen. Tampoco decimos que os pongáis a limpiar la habitación, por supuesto, pero sí que tengáis unos mínimos de higiene que son de agradecer por parte de todos. Tampoco dejes cosas por el medio con las que se puedan tropezar las señoras de la limpieza y en el baño sé un poco higiénico, especialmente si viajas en compañía. Tampoco escondas las toallas.
3. No apures el tiempo hasta el último momento
Tanto como al llegar es preferible que no llegues antes de hora, al salir resulta recomendable que no apures hasta el último minuto del tiempo que tengas de estancia. No es muy educado hacerlo. Cuando te marches, las señoras de la limpieza tendrán que arreglar la habitación y ventilarla para que otra persona la pueda ocupar después. Además, por 20 o 30 minutos que estés en la habitación más seguro que no ganas nada. Saliendo a tu hora o un poco antes seguro que te tratan de una manera más amable al abandonar el hotel.
4. Las cosas que te rodean no son gratis
Puede ser difícil de creer, pero lo que te rodea en los hoteles no es gratis. No, ni siquiera las toallas son gratis. La moda de llevarnos las cosas de los hoteles como “recuerdo” ya pasó hace muchos años. Ten un poco de educación y no te lleves nada. En algunos hoteles venden sus productos oficiales, lo que puede ser una buena forma de tener un recuerdo. En otros, si te llevas algo, después te pasan la factura a la tarjeta de crédito. En estos tiempos en los que las toallas, por ejemplo, se escogen con cuidado para que los clientes las tengan de la mayor calidad, es lógico que no se regale nada. En algunos hoteles incluso se pone alarmas silenciosas en los objetos más preciados, como las almohadas, así que mucho cuidado.
5. Nadie te está haciendo un favor
Un hotel presta un servicio que tú, como cliente, aprovechas. Aquí nadie está haciendo un favor, ni tú como cliente, ni ellos como proveedor de un servicio. Es una relación estable entre ambas partes. Esto significa que no tienes que ir de diva por la vida por tener una habitación reservada y que ellos tampoco tienen que besar el suelo por el que pisas. Ni mucho menos tú tienes que invitar a cenar al administrador del hotel si te dan un buen servicio. Sé cordial y educado, pero teniendo claro que esto es una relación de negocio y que no hace falta decantarse por los extremos.
6. No uses los vasos de cristal de las habitaciones
Nos podéis llamar escrupulosos, pero en estos tiempos que corren cualquier precaución es poca y os recomendamos no usar los vasos de cristal de las habitaciones para beber. No sabéis quién los ha usado antes, ni tampoco si se han limpiado de forma correcta o si se han cambiado respecto al inquilino de la habitación que estuvo allí unas horas antes. La limpieza en los hoteles varía entre uno y otro, pero no se presta tanta atención a estos detalles como, por ejemplo, en un restaurante. Si nos ahorramos posibles problemas, mejor que mejor. Y si queréis una explicación mejor, solo tenéis que usar una luz ultravioleta para ver qué ha pasado por la habitación en la que estáis antes que vosotros. Recomendamos no hacerlo.
7. No intentes regatear
No es lo más habitual, pero nunca se sabe cuándo puede ocurrir. Hay personas que creen que pueden aprovecharse de haber leído una mal crítica o de algún detalle que no les guste para conseguir un descuento negociando con la administración del hotel. Negociar en un mercadillo está bien, pero hacerlo en un hotel no es tan correcto. Claro que puedes pedir que te den una habitación que sea de tu gusto, pero eso está implícito a la hora de intentar estar un poco más cómodos durante el tiempo que pasemos en el hotel.
8. Tu número de habitación es privado
En el momento en el que en el mostrador te dan el número de habitación es también el momento en el que debes saber que este número es privado y que no deberíais compartirlo. Por seguridad no lo vayas dando por ahí, ni siquiera al personal que trabaja en el hotel. Si alguno de los trabajadores del centro necesita tu número de habitación, ten por seguro que lo podrá conseguir por sí mismo. Tu es mejor que no se lo des a nadie, como objeto de seguridad general.
9. El hotel no tiene la culpa de todo
¿Está lloviendo y no puedes usar la piscina del hotel? El centro no tiene la culpa de ello, así que no deberías pagarlo escribiendo una mala opinión acerca de tu experiencia allí. Lo mismo se aplica a otros posibles servicios o actividades que te quedes sin la oportunidad de probar.
10. No molestes a tus compañeros de planta
Has pagado una habitación, no todo el hotel. Y aunque algunos hoteles tienen habitaciones bastante insonorizadas, en otros el grueso de las paredes no es demasiado amplio. Por ello tienes que pensar que a tu lado, en las habitaciones contiguas, hay otras personas que intentan descansar o pasar un rato privado por su cuenta. Compórtate como lo harías en tu propia casa, no tomes posesión del pasillo como si fuera tu terreno de juego y se un buen vecino.
Via: Donde Viajar