martes, 7 de mayo de 2013

6 ideas para que la lluvia no te arruine el viaje

Hay pocas cosas que nos molestan en las vacaciones, pero un día con lluvia está por encima de todas ellas. Peor son varios días con lluvia. Pero no desesperen, aquí hay seis opciones de cosas que pueden hacer cuando afuera llueve a mares y ya pensamos en empacar.


Antes de adelantar los pasajes y cancelar la cuenta del hotel, lo mejor es calmarse y ver que aunque el clima es cien por ciento desfavorable, si nos fuimos de vacaciones es para descansar y disfrutar, aún más cuando se trata de una ciudad que no conocemos. Si estamos acompañados es más fácil levantar los ánimos y encontrar una actividad que nos mantenga ocupados y divertidos, pero aún cuando estamos solos esto es posible. Veamos que cosas podemos llevar previendo esta situación y otras que podemos hacer cuando todo está destinado a empacar.


Salidas culturales de última hora

En todas las ciudades, por más pequeñas que sean, hay museos y casas de la cultura. Puede resultar aburrido y salir a la intemperie en una lluvia torrencial para acudir a un museo, a veces no parece la mejor opción. Pero es muy común que en este tipo de espacios se exponga la historia de la ciudad, con fotos antiguas y objetos extraños. En Europa la oferta de este tipo es muy jugosa, sobre todo por la cantidad de castillos y edificios antiguos que ofrecen al visitante todo tipo de muestras. En América Latina, estas exposiciones reflejan su historia precolombina, la vida colonial y las revoluciones libertadoras, con pinturas de las batallas y reliquias de esa época. Es lógico que con una playa a pocos metros este tipo de salidas no nos entusiasmen, pero un día de lluvia nos puede servir para aprender y familiarizarnos con el entorno que nos rodea.


Placeres culinarios

Para muchos, la mejor opción. En cualquier destino turístico la oferta gastronómica es siempre inmensa y lo suficientemente amplia para sorprendernos en cada pastelería o restaurante al que arribemos. Habrá que salir del refugio y mojarse unos minutos, pero la recompensa será sin duda muy grata. Si están en un país extranjero, esto se volverá una aventura, aún cuando el cielo esté totalmente despejado. Conocer la comida de un país es conocer su cultura y su gente, por eso lo mejor será ir a un gran mercado y probar las exquisiteces que venden allí. Si cuenta con una cabaña con cocina no duden en visitar los supermercados o grandes almacenes y comprar aquellas cosas que les parezcan llamativas y tengan ganas de degustar. El resultado puede ser desastroso si no cuentan con una receta, pero la experiencia será muy divertida. Si prefieren ir a un restaurante, pidan una recomendación a las personas que transitan en la calle, ellos sabrán informarles de la mejor opción que se adecue a su bolsillo.


Juegos

Esta es siempre la primera idea que nos viene a la mente cuando viajamos acompañados. Ojalá que a todos se les haya ocurrido llevar un mazo de naipes, dados o un juego de dominó para pasar el día jugando. Sino tendrán que hacer un sorteo para elegir al desdichado que saldrá bajo la lluvia a comprar en algún comercio un mazo de naipes y que empiecen las apuestas. Si conocen varios juegos, esta actividad los tendrá ocupados toda la tarde. Cuando no hay cartas pero sí papel y lápiz, pueden probar su rapidez mental con juegos como el Tutti-frutti o el Ahorcado.

Y si todos son creativos y les gusta inventar historias, el mejor juego para un día de lluvia es el Cadáver Exquisito. Es un juego muy sencillo: cada uno comienza escribiendo cinco líneas de lo que se le ocurra, luego dobla el papel dejando la última línea al descubierto y se lo pasa a la persona de al lado que sólo ve esta última línea y basándose en ella debe escribir otras cinco líneas y luego pasársela a otra persona. El resultado es el cuento más desopilante que hayan leído.


Cine y teatro
Las ofertas de cine y teatro pueden ser muy numerosas y una excelente opción para eludir la lluvia, pero de seguro nadie querrá salir del hotel a investigar qué películas están dando en el cine del pueblo. Lo mejor es siempre que uno llega a un destino acumular los folletos turísticos y dirigirse primeramente a la oficina de turismo. Allí van a encontrar una decena de actividades de entretenimiento que podrán hacer con lluvia o con sol.

Si cuentan con el programa del cine o del teatro estarán salvados, sino tendrán que hacerse del piloto y el paraguas a la calle principal, que es donde generalmente se encuentran los lugares de esparcimiento. Esta es una gran opción para el que viaja solo y una oportunidad para conocer gente nueva en la fila del teatro.


Compras

Comprar los regalos para amigos y familiares, los dulces regionales y los recuerdos de las vacaciones suele ser una actividad que uno deja para último momento y que lleva varias horas. ¿Qué mejor que un día lluvioso para salir de compras?Los negocios están abiertos a pesar de la inclemencia del tiempo y después de las compras podrás tener un merecido descanso en las cafeterías de la calle principal. Si te encuentras en un país extranjero, compra en los negocios que exhiben los precios en la vidriera ya que a veces es común que los comerciantes especulen con los extranjeros cobrándoles de más.


Circuito turístico en ómnibus

No se dejen llevar por la tentación de quedarse encerrados en el hotel. Aún bajo una tormenta torrencial pueden recorrer la ciudad; no a pie, pero sí dentro de los medios de transporte públicos, en combis con un guía turístico o, si poseen uno, en automóvil.

La gran mayoría de los transportes públicos poseen un itinerario fijo con horarios regulares que va a ser importante conocer de antemano para no tener que esperar en la intemperie un largo rato. El ómnibus siempre es más económico que un taxi y va más lento, ustedes podrán ir de norte a sur sentados cómodamente disfrutando de la vista un tanto aguada y lo que es mejor, el recorrido es circular, por lo que siempre volverán al punto de partida. Acuérdense, antes de hacer cualquier viaje, de estar seguros de que el recorrido sea de corta distancia y tengan la picardía de pasar antes por la pastelería.

Las actividades dependerán de los gustos de cada uno. Mientras los más intelectuales de seguro compren un libro y se la pasen en el hotel leyendo, los más inquietos irán a recorrer la ciudad y los más divertidos pasarán la tarde jugando a los naipes. Pero si tienen la terrible suerte de pasar no un día, sino tres o cuatro con lluvia, ya saben que podrán pasarla igual de bien y volverán de seguro con muchas anécdotas para contar.