Desde que al primer simio avispado se le ocurrió mojar la comida en el mar para darle más sabor, la carrera del ser humano para hacer de la cocina un arte ha sido imparable. Pero la evolución de la comida del mundo no ha sido deliciosa por igual. Te detallamos los países donde puedes engordar más a gusto.
10. LIBANESA
Presumiendo de ser la cocina más elaborada y variada de entre sus parientes culinarios árabes, la comida libanesa combina influencias fenicias con platos árabes y con el toque de la sofisticación pijotera que aportó el periodo de ocupación de los franceses. Si algo tienen los franceses es que donde han ido se come mejor. Y se suele comer pan.
Ejemplo: Comienza mojando pan de pita en sabroso hummus y en la pasta de berenjena llamada baba ghanouj. A continuación métete entre pecho y espalda unas bolas de kibbeh rellenas de carne picada, y de postre baklava, magníficas pastas de hojaldre, miel y frutos secos.
9. MEXICANA
Nunca ofendas a un chef mexicano, porque tiene la capacidad de dormirte el paladar a golpe de chile hasta que penosamente supliques por más agua. Sin embargo, la tendencia mexicana hacia el picante (según ellos, lo picoso) no implica que intenten compensar que su gastronomía sea limitada o pobre. Al contrario, la preponderancia de la variedad tex mex de tacos y fajitas en la escena internacional no hace justicia a lo diverso de las cocinas regionales del país
tricolor. Influencias mayas, aztecas y españolas buscaron la creatividad en los ingredientes puramente americanos como el cacao, el aguacate o el tomate.
Ejemplo: De primero, moja los totopos (nachos) en guacamole casero y rebájalo con una cerveza Negra Modelo. De plato principal podrías tomar el sabroso mole poblano, pero deja hueco para los tequilas del final o tus amigos mexicanos no te podrán tomar en serio.
8. VIETNAMITA
En sus momentos más oscuros, los vietnamitas son capaces de vivir en túneles a 10 metros bajo el suelo bebiendo agua de lluvia y comiendo rata asada. Pero si ninguna potencia extranjera está intentando dominarles, (lo cual ocurre muy a menudo) la creatividad culinaria fluye y los puestos de comida callejeros florecen. Más picante al sur que al norte, el equilibrio en la comida se encuentra en la antigua capital imperial de Hue, famosa por un rey de gustos exquisitos que revolucionó la cocina en el siglo XIX con su estilo de cocina que se podría definir como tapas a lo oriental. En Vietnam puedes comer perro o insectos, pero se me ocurren infinidad de platos más sabrosos y que no ladran en vida.
Ejemplo: De aperitivo Gỏi cuốn (rollos de ensalada) bien mojados en la salsa de pescado nuoc mam. Hmmm mmmm. ¿De segundo qué apetece? Si es pescado podría ser un Cá kho tộ caramelizado, si es carne podría ser un Bo kho, caldo de carne en el que se moja baguette al estilo francés. ¡Delicioso y encima perderás peso!
7. JAPONESA
Pequeños y meticulosos, los japoneses han llevado su gusto por la eficiencia a la exterminación de toda la fauna marina del Océano Pacífico. Algo bueno se desprende de esta pasión por el mar, (no en vano el japonés es el mayor consumidor de pescado por cápita del
mundo), ya que todos los excesos en la pesca se convierten en mimo al pez una vez éste se encuentra en la cocina. Por si no fuera suficiente, el buey de Kobe es de las mejores razas de bovino que puedes tener el placer de degustar. Los acompañamientos japoneses varían, pero prepondera el sake, soja, jengibre, wasabi, azúcar y vinagre. Sana y nutritiva, la comida japonesa pega muy fuerte, y ya hemos hablado antes del sushi aquí.
Ejemplo: Aprovéchate de la sabiduría que dejaron los misioneros portugueses y cómete un plato de tempura, ligera fritura de verduras y gambas. Sigue con exquisitos cortes de sashimi, (pescado crudo), y unos nigiris de sushi. Para completar el menú, devora un sukiyaki y tocarás el cielo.
6. PERUANA
La frígida corriente de Humboldt que alcanza la costa peruana no es buena noticia para los bañistas de las playas, pero sí lo es para nuestros estómagos. El agua fría dota de un intenso
sabor al marisco y pescado que ejerce de punta de lanza de la comida del Perú. Pero como ha demostrado el chef Gastón Acurio, la cocina peruana es mucho más que ceviche y tiraditos, y la nueva revolución gastronómica utiliza ingredientes propios e influencias españolas para convertirse en una de las mejores del mundo. ¿Sabías que existen más de 3000 variedades de patata en Perú? (Y pensar que todas se parecen…)
Ejemplo: Es imprescindible comer un buen ceviche, (pescado crudo marinado) para comenzar un festín peruano. Acompáñalo con causa limeña de patata, y de segundo plato puedes elegir entre el tradicional y cremoso ají de gallina, o un chupe de camarones del sur de Perú. Ambos son deliciosos. De postre un suspiro limeño para mantener los michelines, y deja hueco para un Pisco Sour, el cóctel nacional.
5. ITALIANA
Si no puedes presumir de tener a la “mamma” en casa preparando tortellini casero, al menos puedes consolarte pensando en que la italiana es de las cocinas más exportadas del mundo, y en cualquier rincón podrás encontrar un restaurante con mantel a cuadros, velas, y una serenata
en la radio. A pesar de girar alrededor de la pasta, la cocina italiana no es en absoluto limitada, y hace maravillas con arroz, carne y marisco. Algo tendrá la gastronomía italiana para ser la cocina más exportada del mundo. Quizás porque es la más adecuada para derretir a tu novia. (Guiño, guiño).
Ejemplo: Tras matar el apetito inicial con unos antipasti como la ensalada caprese de mozzarella, hay que hincarle el diente a la pasta: Tortellini, tagliatelle, spaguetti, gnochi, ravioli, fettuccine, y un largo etcétera de tipos de pasta para mezclar con diversas salsas como carbonara, bolognesa, norma, amatriciana, puttanesca, arrabiatta, pesto… De postre un tiramisú o un canoli siciliano entrarán maravillosamente, y que no falte el café expresso en taza pequeña.
4. INDIA
Existen dos peligros de la gastronomía india: Puedes perder el sentido del gusto cortesía de un chef con amor al picante, y es posible que te pases medio viaje abrazando el váter como de si
un viejo amigo se tratase. Pero si olvidas estas minucias, (lo mejor son lugares con muchos comensales porque garantiza la frescura de los ingredientes), o frecuentas restaurantes de buena reputación (generalmente en hoteles), puedes tener el viaje gastronómico de tu vida. La cocina india no es única, abarca todo un subcontinente, por lo que existe tanta variedad que tardarías semanas en probar lo más representativo.
Ejemplo: Siempre se acierta con unas samosas, hojaldres rellenos, antes de un cremoso plato de lamb korma o chicken tikka masala (si no quieres picante), o cualquier carne con salsa madras (si deseas prender fuego a tu lengua).
3. CHINA
Quizás sea por el mero número de chinos que hay apelotonados en su país, pero los chinos se comen cualquier cosa que se mueva. Y esto es bueno porque han experimentado con todos los
sabores y texturas, (y bichos repugnantes) para que tú no tengas que hacerlo y puedas degustar lo más sabroso. ¿Quieres comida picante? Prueba la comida de Sichuan. ¿Quieres multitud de platos pequeños? Para ti fue creada la comida cantonesa. ¿Quieres escorpiones fritos? No juzgamos, y también puedes conseguirlos en las calles de Pekín. Con infinidad de comidas regionales, condimentos y milenios de tradición gastronómica, China no es la mejor cocina del mundo por ahora, pero todo apunta a que lo sea en pocos años.
Ejemplo: En el restaurante secuestra el carrito móvil que transporta los dim sum, (tapas chinas) y que te aprovechen unas empanadillas hervidas de gambas. Sigue con marisco en sal y pimienta, y un pato laqueado cantonés. Y sigue pidiendo más platos porque en China es de mala educación que no sobre comida.
2. FRANCESA
Se dice que los franceses son arrogantes, pero tienen una buena razón para serlo: Su espectacular gastronomía. Con una saludable mezcla de hortalizas, verduras, carne, pescado y fruta, los gabachos han tomado la dieta mediterránea y la han llevado al nivel del orgasmo. No
es una sorpresa que la Guía Michelin haya premiado consistentemente a más restaurantes franceses con su estrella que a cualquier otro país del mundo, así que puedes atusarte los bigotes, Francia, que lo has merecido.
Ejemplo: Se puede empezar compartiendo un poco de queso Roquefort o Camembert, y un plato de foie gras de hígado de oca, para luego pasar a luchar con los escargots (caracoles de tierra) para hacerles perder su concha protectora. Si no temes a la carne cruda, continua con un steak tartare de textura y sabor de ensueño. Y para postre, molesta al camarero pidiendo un crepe suzette. Ya verás que cara pone.
1. ESPAÑOLA
La cocina española ya prometía desde hace siglos, pero había ejercido de primo segundón de la comida francesa. Eso ya cambió con la entrada en el siglo XXI, y la comida española ha
tomado cuerpo propio superando en originalidad y variedad a la más estancada comida de Francia. Presumiendo de ser el tercer país del mundo en estrellas Michelin, (siendo de lejos el menos poblado de los tres) su potencial culinario quedó de sobra probado tras alojar durante años el mejor restaurante del mundo según los chefs más expertos: “El Bulli”. (Recientemente cerrado y convertido en fundación). Con una comida regional envidiable y unos sabores únicos, la gastronomía española está comenzando recientemente a extenderse por el mundo, pero siempre puedes encontrar algún buen restaurante de tapas en cualquier ciudad extranjera.
Ejemplo: Después de la partidita de mus, que te aprovechen los pimientos rellenos de bacalao, y la tabla de jamón ibérico de bellota. ¿Suena bien un arroz a banda, o prefieres algo más contundente como la fabada asturiana? En cualquier caso, de postre siempre entra bien una crema catalana, café, y puro. Y no nos olvidamos del orujo. Olé y olé.