jueves, 11 de octubre de 2012

6 consejos para evitar el golpe de calor o insolación en tus viajes

Dado que los rayos ultravioleta son perjudiciales para la salud si nos exponemos al sol sin ninguna prevención. Les explicamos cómo calcular tu factor de protección solar para elegir la crema adecuada, algo que es interesante para adultos y niños, la protección es necesaria para todos.


En el post de hoy queremos centrarnos en uno de los efectos más comunes que provoca la exposición al sol durante las épocas de más temperatura, el golpe de calor. Se trata de una afección importante que no debemos tomar en broma y que puede resultar muy perjudicial para nuestra salud. Comúnmente también la llamamos insolación, y se produce cuando nuestro cuerpo está a una temperatura superior a los 39.4 grados durante 10 a 15 minutos.

Los síntomas más habituales son el mareo, la desorientación, la fiebre alta por encima de los 39.4 grados comentados, el dolor de cabeza y podemos llegar a quedarnos inconscientes y, en casos extremos, en coma. Es muy importante comprobar si tenemos una aceleración del ritmo cardíaco con un latido flojo o comportamientos extraños que nos hagan sospechar que se puede tratar de esta patología. Como pueden ver, estamos hablando de un problema grave de salud que año a año provoca muchas víctimas en todo el mundo, como hemos podido comprobar recientemente en Estados Unidos o como ocurrió en Francia hace unos años. En España, cada año se producen muertes por el golpe de calor en verano.

Es por ello que debemos tomar todas las precauciones posibles y en todos los colectivos. Aquí les acercamos 10 consejos básicos y vitales para minimizar el riesgo de un golpe de calor:

Evitar la exposición directa: La principal causa de un golpe de calor es la exposición al sol. Es por ello que siempre es importante evitar estar a pleno sol, en los horarios de máxima exposición (de 11 a 16 horas). Caminar por la sombra, estar en espacios interiores o llevar una gorra, si puede ser algo mojada, es importante para evitar que el sol nos dé en la cabeza.

Beber agua: un organismo bien hidratado con agua tiene mucho menos riesgo al golpe de calor. Bebe durante el día, de forma constante, para así mantener tu cuerpo con la suficiente agua para absorber el calor externo.


Crema hidratante y solar: otra forma sencilla de hidratarnos es utilizando cremas que mantengan nuestra piel más protegida. Brazos, nuca, pecho, cuello, cara, todas las partes de nuestro cuerpo que estén hidratadas con crema y si es posible con protección solar nos ayudarán a llevar mejor el calor.

Pocos esfuerzos: la actividad de nuestro cuerpo influye también en cómo nos afecta el calor. Es por ello que en días de mucho calor es importante no realizar muchos esfuerzos que nos provoquen mucho sudor, dado que el cuerpo se deshidratará a más velocidad y nuestro organismo perderá defensas.

Actividades acuáticas: si realizamos algún ejercicio físico a pleno sol siempre es interesante que esté relacionado con el agua. Un baño en el mar, en la piscina, una visita al parque acuático, submarinismo u otras prácticas deportivas en agua son interesantes al lado de otras que nos dejarán más deshidratados.

Ropa clara: bien es sabido por todos que los colores claros atraen menos al calor. En el caso de estar expuesto al sol, no te pongas ropa negra porque los rayos ultravioleta traspasarán con más facilidad. Además, cuanto más fresco sea el tejido de tu ropa más podrá transpirar tu piel.