viernes, 26 de octubre de 2012

Trucos para poder dormir en el avión

No todos consiguen conciliar el sueño en las alturas. Ropa adecuada, un entorno relajado, controlar lo que ingieres y llevarse una almohada de casa pueden hacerlo más fácil.


Doce horas de vuelo y la amenaza del jet lag nada más aterrizar. ¿Cómo aprovechar un viaje si ya lo empiezas acumulando cansancio? Dormir en el avión parece una magnífica solución para empezar a ejercer de turista nada más tomar tierra, pero el entorno de cabina no es precisamente el lugar idóneo para echar una cabezadita. Solo los afortunados de sueño fácil lo logran con rapidez.


Y he aquí la incógnita. Cómo conseguirlo si no eres uno de ellos. “Todos sabemos que es increíblemente difícil asumir el descanso necesario (en un avión). No estamos diseñados para dormir sentados“, explica Sammy Margo, experta en sueño del Physiotherapy and Pilates Practice de Londres, en declaraciones para la CNN. Y a continuación, nos da algunos consejos para lograrlo.

Controla lo que puedes controlar: No hay mucho que podamos controlar en un avión. Ni el ruido, ni las turbulencias, ni a veces el asiento escogido. Pero hay pequeñas cosas que sí que están a nuestro alcance, y debemos crear nuestro entorno idóneo para dormir a través de ellas. Llevar ropa adecuada, por ejemplo. Un punto que, según Margo, mucha gente pasa por alto. Y es que no es solo una cuestión de comodidad. Si tenemos demasiado calor, o demasiado frío, nos será imposible conciliar el sueño. Lo mejor es optar por distintas capas que nos podamos poner y quitar a nuestro antojo.

Escuchar mejor que ver: Esta experta asegura que las luces azules del televisor “puede perjudicar la calidad del sueño”, por lo que es mejor “escuchar un audio libro o un programa de radio”. Alejan las preocupaciones de la mente y ayudan a relajarse.

Dormir hacia delante es mejor que dormir hacia atrás: Aunque reclinar el asiento parece la opción más asequible, no es así para todo el mundo. Las personas altas sufren la falta de espacio, más aún si les toca un asiento entre dos pasajeros desconocidos. Según varias azafatas de vuelo, cada vez más y más gente logra dormir recostada sobre la bandeja del asiento delantero. Para muchos es una opción poco confortable, pero en ocasiones es la idónea.

Simular un entorno relacionado con el sueño: Algunas compañías facilitan mantas y almohadas a sus pasajeros. En cualquier caso, es algo que puedes improvisar. Los cojines para el cuello, las máscaras para dormir y los tapones para los oídos son grandes aliados para conciliar el sueño a bordo.


Cuidado con el minibar: Por lo general se recomienda beber mucha agua, pero ojo con otros líquidos. Según Margo, aunque una copita de vino ayuda a dormir, más de una pueden resultar contraproducentes. Deshidratan el cuerpo, y dormir con la boca seca es imposible. La alimentación también es fundamental. Lo ideal es evitar los alimentos ricos en azúcar, y substituirlos por pavo, leche, avena o miel.

Si todo esto falla, siempre hay la posibilidad de probar con remedios naturales relajantes, como la valeriana. En el citado artículo mencionan también pastillas para conciliar el sueño, aunque en una dosis muy moderada. Lo ideal es no llegar a este extremo, y en caso de hacerlo, siempre bajo control médico.